De acuerdo con declaraciones de don Henry Mora, Presidente de la Asamblea Legislativa, que aparecieron publicadas en la nota “PAC promete revivir proyecto de ley que legaliza huelgas” (La Nación 03/05/14), el presidente electo de la República, Luis Guillermo Solís, se decidió, finalmente, a dar el primer paso de su Administración con el pie izquierdo.
“Mora confirmó que, de darse una negativa de las otras fracciones a impulsar el proyecto paralelo, el Ejecutivo anulará el veto.
El presidente del Congreso añadió que el presidente electo, Luis Guillermo Solís, está enterado de los detalles del acuerdo y está comprometido a cumplirlo.”
Mora añadió que la legalización de la coerción y la violencia, en Costa Rica—promovida por los sindicatos radicales y el Frente Amplio (FA), con el apoyo del Partido Acción Ciudadana (PAC)–será posible gracias a los acuerdos firmados por el PAC con el FA y el PUSC. Ver en “Presidente del Congreso garantiza a sindicatos aprobación de reforma al Código Procesal Laboral” (El Financiero 02/05/14).
“Hoy los sindicatos recibieron a Mora como uno más del gremio, pues el jerarca de la Asamblea Legislativa participó en multitudinarias protestas contra el “combo del ICE”, a principios del 2000 y contra el TLC con Estados Unidos, en el 2007.
Henry Mora manifestó a los gremios que los acuerdos firmados por el PAC con el Frente Amplio y con la Unidad Social Cristiana (PUSC) dan vida a un capítulo donde se establece que el veto presidencial sobre el nuevo Código Procesal Laboral se anulará a más tardar en un año.”
Si lo que ha revelado Henry Mora, con respecto a la voluntad del presidente electo, es cierto, lo único que nos podría salvar de que la Administración Solís Rivera dé este nefasto primer paso con el pie izquierdo, en contra del bien común, es que la ley no se lo permita.
Si ese fuera el caso, y se presenta un nuevo proyecto en la Asamblea Legislativa para legalizar la coerción y la violencia, estoy convencido de que el rechazo popular a la iniciativa sería masivo y se convertiría en una barrera que impediría, al menos, a los legisladores del PUSC, y quizás a unos cuantos diputados del PAC, votar por ese proyecto.
Concluyo con las mismas palabras que escribí, días atrás, en “Democracia de la Calle: Unión del PAC, FA y sindicatos radicales“:
“¿Es esto lo que quiere para Costa Rica más de un millón trescientos mil costarricenses que votó por Luis Guillermo Solís el pasado 6 de abril? No lo creo.”